Daniel, Hugo y Andrés son tres jóvenes que contactan para compartir piso. Muy pronto surge entre ellos una amistad catártica que los cohesiona, exponiendo en tertulias sus asuntos emocionales íntimos y entrando en materia amorosa llegado el momento.
Por su parte, Marta y Marisa son amigas inseparables con un nivel de comunicación entre ellas equivalente al de los chicos, compartiendo la intimidad de sus vivencias amorosas en multitud de ocasiones.
El azar —más bien destino— lleva a las vidas de todos los personajes a entrecruzarse en la masificada Mallorca del turismo, el sol y la arena. Esta mezcla de almas y lugares diversos dará como resultado vivencias tan intensas como inesperadas.
Desde que comencé a leer hubo algo que llamó mi atención: la forma tan natural de la narración. Es fácil de leer, sin palabras exageradas ni oraciones demasiado pintorescas, así como la historia misma.
Debo decir que estoy acostumbrada a la ficción, a los personajes super construidos y perfeccionados, como superhéroes. Así como una historia bien hilada, tan perfecta que poco roza la realidad. La ficción es buena para dejar volar la imaginación y despegar la atención por un rato de lo que pasa en el día a día.
La caricia de la medusa es diferente. Es un relato muy humano y común.
Daniel, Hugo, Andrés, Marta y Marisa son tan normales y reales que bien podrían ser amigos, vecinos o hasta nuestros primos o hermanos. Y para ser consecuentes con su naturaleza, ellos viven y se preocupan por las cosas cotidianas de la vida: el trabajo, el romance, la amistad, la familia y su futuro.
Un puñado de veinteañeros viviendo en Mallorca, con todos los altos y bajos de la vida misma; todo con el buen y refrescante ambiente de una ciudad costera.
Esto hace que la historia en sí y la narración se haga muy llevadera. Casi como si leyéramos sobre las noticias de nuestros seres queridos. Como digo, es una obra muy familiar, muy natural, bien presentada, casi delicada.
Igual, el autor toca varios temas complejos, como las relaciones tóxicas, las ambiciones personales que se interponen entre las parejas y algunas injusticias que dejan marcadas a las personas por siempre. Y lo hace sin exaltar ni juzgar, solo como un simple hecho, algo que le ha ocurrido al personaje y que no queda de otra más que sentirlo, aceptarlo, superarlo y seguir adelante, o bien, quedarse estancado, según cada uno.
Es una excelente novela para una tarde de sábado, quizá porque es tan llevadera y relajante que va perfecto con el aire de descanso que se lleva aquellos días, o bien puede ser por lo bien reflejada que se ve Mallorca en sus letras, que casi sientes que estás ahí, viendo cómo los personajes viven sus amores y desamores.
Oscar Millán Vivancos ha publicado otros libros: Lágrimas de Peter Pan, una antología de microcuentos y relatos llamada Sucesos Dispersos. También dos libros de poesía, Telarañas gigantes y Límites oscuros.
Todos sus libros están a la venta en Amazon para mayor comodidad.
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